miércoles, 30 de noviembre de 2011

Eastern State Penitentiary

 
A un paseo del centro histórico de la ciudad de Philadelphia, hacia el noroeste, se encuentra uno de los espacios históricos más sorprendentes y crudos de la costa este de los Estados Unidos.
Las prisiones habituales en la Norteamérica del siglo XVII se limitaban a estancias en los que hacinar presos, independientemente de edad, sexo, raza o naturaleza y gravedad del crimen que hubieran cometido. Los abusos de todo tipo por parte de otros presos y por sus vigilantes eran sabidos, permitidos y cada vez más intolerados por parte de una sociedad que pretendía avanzar hacia la independencia y la modernidad.  En 1787 Benjamin Franlyn lideró la creación, por parte de un grupo de prominentes ciudadanos del estado de Pensilvania, de la denominada Philadelphia Society for Alleviating the Miseries of Public Prisons (Sociedad de Philadelphia para Aliviar las Miserias de las Prisiones Públicas); era la primera asociación de este tipo en el mundo. Con el movimiento de la Ilustración como bandera, desarrollaron una idea radical, construir la primera penitenciaría: un lugar destinado a inspirar la penitencia en lugar del castigo y el arrepentimiento desde el corazón de los presos, pues consideraban que la bondad residía en cada persona, sólo había que encontrarla. Tardarían más de treinta años en convencer al gobierno para acometer la faraónica obra y catorce en completarla. Eastern State Penitentiary abrió sus puertas en 1829. Se trataba de un edificio inmenso, uno de los más caros de los Estados Unidos del momento. Cada celda contaba con agua corriente, inodoro y calefacción central, instalaciones de las que carecía la mismísima Casa Blanca. El sistema de penitencia consistía en el total aislamiento de los presos, de manera que en presencia únicamente de ellos mismos y sus crímenes, desarrollaran su conciencia y su arrepentimiento. Para ello, el arquitecto británico John Haviland articuló el edificio a partir de una rotonda de vigilancia desde la que surgían siete brazos constituidos por un pasillo central y celdas a ambos lados: celdas solitarias con patio, diseño radial y vigilancia central. Cada preso vivía en su propia celda, de planta rectangular, de 2,43 x 3,65 m, iluminada por una claraboya en el techo abovedado que representaba la iluminación divina. Cada celda disponía de un patio trasero de 2,43 x 3,5 m en el cual el penitente tenía acceso, durante una hora diaria, al aire, el cielo y al eco de su conciencia.

Perspectiva del centro en el momento de su construcción
 
El estilo  en que Haviland trazó su templo de penitencia fue neogótico, con alguna traza neorománica. Los alargados ventanales que se aprecian desde el exterior son falsos, ya que no hacen sino decorar el muro perimetral únicamente por su exterior, confiriéndole un aspecto medieval que evoca más bien el castigo físico que la evolución. Él describía el sitio como una máquina de reforma, un monasterio obligado.

Fachada principal

 
Imagen del pasillo 1
A partir de la construcción de Eastern State Penitentiary existirían dos estilos de prisión, éste o el de la cárcel de Auburn, de corte más tradicional, en el estado de Nueva York. Cien años después de la construcción de la penitenciaría se habían edificado más de 300 en todo el mundo, inspiradas en ella. Los años y los estudios sobre método del confinamiento aislado abrían el debate sobre la efectividad de la idea, el concepto y los resultados. Eran muchas las voces que se alzaban cuestionando la dureza de la realidad que suponía la soledad absoluta, sin derecho a otro libro que la Biblia, a recibir visitas o cartas, a interaccionar con ningún otro ser humano; solos el interno, su crimen y su conciencia.


Con el objetivo de visitar este centro y las cataratas del Niágara, Charles Dickens viajó a Estados Unidos; fue uno de los numerosos intelectuales del momento que se acercaron a estudiar y conocer el método y su catedral; en sus escritos reflexiona de cómo esa soledad puede ser peor que cualquier tortura física y cuestiona, una vez más, los medios, la efectividad y la humanidad. Además, resultaba ser un sistema caro; paulatinamente las normas van suavizándose hasta que definitivamente, el centro abandona la doctrina en 1913. 

Patio individual
Planta en 1933
 A lo largo de los años se irían añadiendo brazos al núcleo central e incluso algunos de ellos, de dos pisos, lo cual imposibilitaba que las celdas del primer piso dispusieran de patio. Seguiría funcionando como prisión convencional hasta que en 1971 saliese el último preso. Desde entonces hasta los 90, el edificio permaneció sin uso ni mantenimiento alguno. Hubieron varias tentativas de demolición, creación de centro comercial, trasformación en apartamentos de lujo… hasta que, en 1988, una asociación arquitectos, preservacionistas e historiadores, Eastern State Task Force, se hiciese cargo de su protección y gestión.  

Ejemplo de intervención. Se consolidan los revestimientos en
buen estado y se eliminan los fallos.
Sally Elk, la directora ejecutiva, explica cómo se encontraron el edificio, en estado de ruina. Cuando le preguntan si su objetivo es restaurarlo, contesta sin dudar que no, que el propósito consiste en consolidar la ruina, de manera que no se deteriore, pero que muestre a los visitantes la realidad y la historia del edificio a través de un recorrido seguro. Para ello, se ha hecho necesario reconstruir segmentos contados, a modo de ejemplo. Personalmente considero interesantísimo cómo se enfoca la consolidación de la ruina, aportando una lectura precisa y preciosa de los secretos constructivos del conjunto. Me refiero, por ejemplo, al tratamiento de los yesos y su entramado posterior de madera; en aquellos casos en los que el recubrimiento ha fallado, se deja vista la estructura portante posterior de madera, confeccionando de este modo una radiografía atractivísima de la ruina.  

Celda en la que Al Capone pasó cerca de un año
En la actualidad el edificio es museo de sí mismo y de su historia y aloja exposiciones temporales de arte. Existen numerosas visitas temáticas guiadas y con la entrada se incluye el audio-guía, cuyo narrador es Steve Buscemi, el actor que caracteriza a Nucky Thompson en la serie de Martin Scorsese, Boardwalk Empire (inspirado en el corrupto mafioso Nucky Johnson de Atlantic City en la época de la Prohibición).

El conocimiento de Eastern State Penitentiary es apasionante desde la perspectiva de su concepción sociológica y psicológica, su arquitectura, su ingeniería, su tratamiento de ruina y su leyenda.











Bibliografía:

Francis X. Dolan, 2007: Eastern State Penitentiary (PA). Philadelphia, Images of America Series.

Mark Perrott, 2000: Hope Abandoned: Eastern State Penitentiary

Norman Bruce Johnston, 1994: Eastern State Penitentiary: Crucible of Good Intentions

Paul Kahan , 2008: Eastern State Penitentiary: A History of Penitence and Punishment

State Penitentiary for the Eastern Distr, 2010: First and Second Annual Reports of the Inspectors of the Eastern State Penitentiary of Pennsylvania, Made to the Legislature at the Session of 1829-30 And 1830-31. Philadelphia, Nabu Press.

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